
El escritor español Tomás Arranz programó su viaje a Cuba para participar en la 30 Feria Internacional del Libro de La Habana, pero la situación de la Covid-19 obligó a reprogramarla. No obstante, Arranz llegó a La Habana a presentar su segundo libro editado en Cuba. Antes había publicado Precipicios por la Editorial Arte y Literatura en 2017, un libro de cuentos. En Precipicios, escribe Tomás, los personajes estaban al borde del abismo, concretamente en ese punto en que sus vidas dejan de ser suyas por la decisión que han tomado.
El segundo libro publicado en Cuba de Tomás Arranz es la novela Espinas, editada por la Editorial Oriente. Escribe Arranz que cuando envió la novela el editor era Noel Pérez García, entonces director de la editorial, y cuando firmó el contrato era la editora Asela Suárez, pero el trato siempre fue exquisito. “Debo decir que Noel la leyó en su celular y en una sola noche. Al día siguiente me dijo que le gustaba porque era una historia muy original”, apunta Tomás.
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“Espinas propone un western crepuscular (un protagonista solitario en la inmensidad de un escenario natural que le supera) con tintes de novela negra donde una complicada pareja rompe su relación: ella huye lo más lejos posible y él, (personaje basado en un guardafronteras de la Base de Guantánamo que una noche de tormenta disparó contra su mejor amigo y desde entonces se pasa las noches recorriendo la ciudad) es contratado para acabar con una supuesta serpiente alada que trae la desgracia a la ciudad de Espinas. La obra plantea el dilema ¿qué hacer cuando, mientras ella se aproxima, van desapareciendo todos los encargados de cazar a la bestia? Son dos historias que confluyen en un final”.
La literatura de calidad no es pienso para el ganado, es alimento de dioses
Le pregunto a Tomás por la Feria Internacional del Libro de La Habana y me escribe que no conoce otra igual, por lo participativa, por la cantidad de gente que asiste, por el escenario, por el ambiente que se crea, por la calidad de los participantes. Y revela que en la Feria de La Habana pudo conocer a los escritores Margaret Atwood, Leonardo Padura y Lorenzo Lunar, tres de sus preferidos; y otros autores que le interesan son Roberto Bolaño, Jonathan Franzen, Eloy Tizón, Agota Kristoff o Mircea Cartarescu.
Escribe Tomás que sus motivos de escritura son variados, pero siempre pone al ser humano en una situación límite, “aunque lo trato en distintos formatos que van desde la novela picaresca en Los Muchos (finalista del premio Nadal 2015) a la distopía, la ciencia ficción, la realista, la negra, ciencia ficción, o la de aventuras, y en cada uno de ellos ofrezco mi visión personal del asunto. No me gusta repetirme ni recorrer los caminos trillados por otros”.
“Escribir es arriesgarse, sin incertidumbre no hay literatura de verdad. Sugiero libros que me enseñen algo, que arriesguen, que me conmocionen. Prefiero una obra, aunque solo contenga unas páginas geniales a otra donde todo sea previsible; ahí incluyo a los bestsellers pensados para vender. La literatura de calidad no es pienso para el ganado, es alimento de dioses”.