
Para mí la primera vez fue en 2006. Estuve yendo consecutivamente hasta el 2009. Pudiera decir entonces que, junto a otros eventos literarios (Mangle Rojo, Isla de la Juventud; Serán los últimos los primeros, Granma; Reina del Mar editores, Cienfuegos; entre otros convocados por la Asociación Hermanos Saíz, AHS), La Cruzada Literaria juntó a una generación de jóvenes escritores y artistas cubanos.
Allí conocí a la escritora Legna Rodríguez, que en ese momento comenzaba a ganar cuanto concurso se convocara en Cuba; comenzó una relación de amistad con el entonces incipiente escritor para niños Eldys Baratute; en una de aquellas estuvo también Leymen Pérez.
Recuerdo que, en aquellas concurridas lecturas, por los municipios del Camagüey se leyeron poemas de Oscar Cruz y Yansy Sánchez, que luego serían premiados en el Pinos Nuevos. Estuvo Eduard Encina, Yanier H. Palao, Luis Yuseff.
Entre los músicos recuerdo el dúo Lien y Rey, Tony Ávila, que aún no era tan conocido ni tenía disco, amante de la poesía; el grupo Enfusión, y trovadores en solitario.
Se leía en fábricas, comunidades.
A la Cruzada asistían escritores y músicos desde Guantánamo hasta la Isla de la Juventud. Se presentaban libros y revistas.
El capítulo santiaguero de la cruzada…
En este año la cruzada llegó por primera vez a Santiago de Cuba. Los participantes, entre ellos Yoandra Santana, Ihordan Torres, Evelin Queipo, Eduardo Rodríguez, Martha Acosta, Zulema Gutiérrez y los trovadores Yaima Orozco, Manuel Leandro, entre otros.
En Santiago la descarga fue en la escalinata del museo Emilio Bacardí a partir de las 9 de la noche.
En la tarde los participantes visitaron el cementerio Santa Ifigenia.
Aun la Cruzada sigue juntando la poesía y la trova. Y uno sigue recordando al Camagüey con lo que dicen las vallas: Te quiere y abraza, Camagüey.