
El martes 15 de agosto a las 10:00 a.m se realizó la décimo sexta emisión de la Gira Poética en Santiago de Cuba con la poesía de Roberto Fournier y Lino Horruitiner desde el Castillo de San Pedro de la Roca del Morroh hoy les traemos la reseña de ese día por la escritora e investigadora Yorisel Andino.
Salón de últimas esperas
Es menester resguardarse del poeta. Tomará la fortaleza, ¿por tierra o mar? Solo él conoce el trayecto, se elige añeja botella, caminante sobre olas, avioncito de papel, tinta, tecla al viento hasta tocar suelo en pecho adentro, sacude las mareas y traza la comarca.
Roberto Fournier es la honestidad de sus manos abiertas en sostén a la poesía, sus manos al aire, hoy no podría desplomarse el cielo mientras él le apuntale a versos. Te conocimos en el desdoblamiento de la imagen, el tono y la herejía unos metros por delante a los pies de la cruz en la capilla.
El poeta está bajo el lente, con cuáles metáforas querrá desafiar las olas, lo sereno, la palabra que nos cueste. La ensenada yace en un banco en su blusa de intenso mar. Qué siglo va a canjearnos la bahía, qué músicas reciclará el campanario. No se puede perder de vista a este muchacho. ¡Alerta! Dios les ha otorgado patente de corso, lo acompaña el trovador.
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Ciudad en el mar: vuelo primero.
Promontorio rocoso
rampas,
Cristo en el litoral
La bandera
paparazzis, turistas de todas las orillas,
tráfico aéreo, la corrosión de los muros,
metros de señalizaciones
arcabuz
el poeta aborda el vuelo.
El equilibrio de la caracola
De Lino Horruitiner, nacido el 13 de agosto de 1902, se afirma que siempre estuvo rodeado de música, Matamoros, Sindo, la trova santiaguera, de ahí la musicalidad de su poesía, entre la que destacan los sonetos. Parte de su obra fue compilada por su sobrina Gladys Horruitiner, maestra de León Estrada, quien desde la investigación literaria salvaguarda el legado de este y una vastedad de escritores del terruño.

De Lino también se cuenta que era reacio a la participación en actos públicos en reconocimiento a su poesía y son algunas las anécdotas que con humor hablan de la auténtica personalidad.
Perteneciente a la segunda generación republicana con influencias del modernismo literario, no es hasta 1955 que publica el volumen ¨Presencia¨ por la colección Manigua:
Nunca me hablas del mar, ¡y es tan marina/ la gracia que hay en ti de espuma y ola;/ lo que de azul inmenso te acrisola,/ lo que de sal concreta te ilumina!
¡Eso tuyo lineal, en que confina/ el equilibrio de la caracola;/ lo que de mástil alto y vela sola/ tiene tu soledad de aguamarina!
Lento volar de náuticas gaviotas;/ leve fracaso de azucenas rotas/ sobre el reclinatorio de la playa; eso de litoral donde se pierde / tu voz en un salobre timbre verde/ o tu mirar de faro o de atalaya.
Vuelto el poeta a la letra impresa, hasta su cielo, el trovador le alcanza un bolero.
Zona de Confort: tercer vuelo
(…) el español cuenta un rosario de improperios/ tú no ayudas en nada/los salideros se pronuncian/
El padre debe salir/ un poeta no sirve para nada. Eso dice ¨La cantidad rosada¨ de Fournier en el volumen editado por La Luz, 2016.
¨Morro¨, marca el tercer paso de avión, alzar la vista es la ceremonia que nos quedó de la infancia, pasado el evento regresamos a la genealogía familiar.
Consagrarse cuesta, la lengua, los gestos, alguien envía carta a un poeta disidente. Del parque Dolores, donde ¨las gentes cambian y sonríen pero la agonía permanece¨ trasegamos al Mar y la Montaña, a la ¨Zona de confort¨, Saltadero, Camino a Paraguay Town: ¨No me ahogué en el seno de mi madre/ vine de la sal de donde queman las preguntas¨.
Ruslán arpegia un sueño en el que ha tatuado un eclipse lunar
¿Cómo fundar la primera roca en medio de tanto mar? Danza de azul orisha en los rostros, lleva aire de tango, pudo nombrarse Alfonsina la que hoy se precipita por los ventanales en la garganta de Roberto Fournier y mis ojos, trueque de remolino en bálsamo, el muchacho de sísmico ademán amansa la bahía con su canto, hace suyos cada elemento de la existencia, la ciudad lo nombra legítimo habitante.
Vendrán por mar o tierra los poetas, bajo la tinta de otras promesas, juran que hay vida a vuelta de página, entregan mensajes encriptados, truecan hasta el horizonte por sus próximos libros. Entonan una canción mirándote a los ojos, si le sostienes la mirada ya no habrá remedio. Hacen suyos los puertos con su retórica. Es menester amurallar la bahía. Van a bombardearnos a versos, devuélvanles sus monedas, páguenles por favor con sus propias armas.