
Desde Holguín, Erian Peña Pupo es uno de los jóvenes cubanos más activos en el panorama intelectual cubano del presente: periodista, investigador, escritor para adultos y para niños, apasionado por la literatura y el cine, y su promoción. Desde su tiempo de formación profesional como periodista, Erian ha participado en la vida cultural holguinera y cubana, y ha sabido aprender de la práctica cotidiana que lidera el poeta y editor Luis Yuseff en Ediciones La Luz. Erian con esta casa editora de la Asociación Hermanos Saíz pondrá a circular uno de los libros dedicados a México en la 30 edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, un libro que promoverá en Cuba a José Emilio Pacheco, uno de los grandes autores de Hispanoamérica.
Según me escribe Erian, En el último día del mundo es la antología de la poesía del mexicano José Emilio Pacheco (1939-2014) que preparó para Ediciones La Luz. El título parte de uno de los versos de Pacheco y lo escogió Luis Yuseff, su editor, y me acota Erian: “sabemos bien que sin la complicidad mágica de Yuseff, este y tantos de los sueños maravillosos de La Luz, serían apenas un esbozo, una quimera sin la posibilidad de dar más luz”.
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¿Cómo surgió la idea?
Fue en febrero de 2014 y a pocos metros del mar, cuando conocí la poesía de Pacheco. Eran los días de Feria del Libro y una amiga colombiana me obsequió La fábula del tiempo, una antología publicada por Ediciones Era, que, desde su Cereté natal, la había acompañado, casi como un amuleto, a la cita cubana. Ese fue mi primer encuentro con la poesía de Pacheco. Antes había leído su novela Las batallas en el desierto, todo un clásico en México y en buena parte de Hispanoamérica, en una edición que se publicó en 1994, impreso en México, como parte del programa solidario «Un libro para Cuba”, en coordinación con la Uneac, el Instituto Cubano del Libro, Ediciones Era y Ediciones Mar y Tierra… Devoré el poemario, me fascinó su obra y como acostumbro a hacer cuando encuentro ciertas joyas literarias, la presté a varios amigos. Creo que el primero fue Luis Yuseff.
Luego de conocer la dedicatoria de esta Feria a México me pasó por la cabeza la posibilidad de publicar su obra en nuestro país; es algo que se sueña, pero parece muy difícil. Se lo comenté a Yuseff cuando ya había realizado algunas gestiones y le encantó la idea.
Fue un poco de gestión editorial, otro poco de azar lezamiano y mucho de buena suerte. De Ediciones Era a la Agencia Literaria Carmen Barcell, en Barcelona (la mítica Carmen Barcell que lanzó, promovió y su agencia aun gestiona los derechos de medio boom y post-boom latinoamericano, incluidos los más importantes autores españoles). Allí generosamente nos cedieron los derechos para una antología cubana de la poesía de Pacheco, gracias también al apoyo de Carina Pons, la agente literaria al cuidado de su obra.
¿Qué incluyes en el libro?
Encontraremos 135 poemas de José Emilio Pacheco, desde su primer poemario Los elementos de la noche, en 1963, hasta Como la lluvia, de 2009. Aunque fue narrador, cronista, periodista, traductor, antologador… fue en la poesía donde su obra alcanzó mayores cimas. Títulos como El reposo del fuego (1966), No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969), Irás y no volverás (1973), Islas a la deriva (1976), Desde entonces (1980) y Los trabajos del mar (1983), reunidos en Tarde o Temprano [Poemas 1958-2009], lo reafirman como un autor mayor, que recibió los reconocimientos más importantes del idioma: el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1969) por No me preguntes cómo pasa el tiempo; el Xavier Villaurrutia en 1973; el Malcon Lowry en 1991; el Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura, en 1992; el José Asunción Silva en 1996, en Colombia; el Mazatlán de Literatura 1999; el Iberoamericano de Letras José Donoso 2001; el Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo 2003; el de Poesía Iberoamericana Ramón López Velarde 2003; el Internacional Alfonso Reyes 2004; el Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2004; en Internacional de Poesía Federico García Lorca; el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2009; el Cervantes ese año… entre tantos.
Para En el último día del mundo los libros de José Emilio llegaron desde varias partes del mundo. Desde Ciudad de México, Zacatecas, Guantánamo, Santa Clara y Logroño… Y desde Monterrey, en California, George Henson hizo las conexiones con Elena Poniatowska, Premio Miguel de Cervantes en 2013 y una de las autoras más admiradas de la lengua. Ella, gran amiga del autor mexicano, accedió gustosa a la petición de que su hermoso ensayo «José Emilio Pacheco y los jóvenes», sirviera de prólogo a esta antología de Ediciones La Luz. «Será un verdadero honor», nos dijo Elena, cuando nosotros somos los agradecidos. Es, por tanto, como le gustaría a José Emilio, un libro de complicidades y afectos.
Quiero subrayar que en Cuba se publicó en 1987 una antología editada por Casa de las Américas en su Colección La Honda, y seleccionada por él mismo, con el título Fin de siglo y otros poemas; con prólogo de Roberto Fernández Retamar (Retamar enfatiza que la poesía de Pacheco es exponente de una línea con raíces en sor Juana Inés de la Cruz y que se extiende a Alfonso Reyes, Jorge Luis Borges, Ernesto Cardenal y «algunos poetas cubanos de evolución posterior a 1959»). Además, Pacheco visitó varias veces Cuba, respondiendo, sobre todo, a la invitación de Casa de las Américas, en cuya revista colaboró desde los años sesenta. Fue jurado del Premio Casa en 1966, junto a Gonzalo Rojas, Jorge Zalamea y Pablo Armando Fernández, edición que ganó Enrique Lihn con Poesía de paso. En 1981 acompañó a Fayad Jamís, Juan Gelman y Antonio Cisneros en el jurado que premió Imitación de la vida, de Luis Rogelio Nogueras. En 1994 circuló Las batallas en el desierto y Pacheco asistió a la Feria Internacional del Libro de 1998 y en Casa dialogó sobre el V Centenario del Descubrimiento o «Invasión» de América, como prefirió llamarlo; además escribió sobre el modernismo en la obra de José Martí y sobre la literatura de José Lezama Lima; le dedicó Ciudad de la memoria, poemas escritos entre 1986 y 1989, a Fayad; y «Ave Fénix», texto de El silencio de la luna, a la memoria de Eliseo Diego…
¿Es Pacheco uno de tus autores favoritos?
Tengo varios poetas cuya obra admiro enormemente (es una selección muy variada y extraña, como seguro también la tienes tú) y sí, Pacheco es uno de ellos. Mucho más ahora, luego de adentrarme en su obra, en sus diferentes momentos y libros, con los ojos del lector apasionado por la poesía, pero también los del antologador que busca y se alegra doblemente por lo que encuentra: pues es una alegría para uno, pero también lo será para el lector. La poesía de José Emilio Pacheco es una mirada al mundo, a la condición humana y al tiempo, una poesía que transpira amor y devoción por la literatura, por la creación y por la historia, esa a la que tanto le debe y que nos ha hecho ser tal como somos.
¿Tienes otro libro para la Feria?
Debió salir la noveleta infantil Nomeolvides, por Ediciones Luminaria, en Sancti Spíritus, que fue Premio Casatintas (AHS y Centro Provincial del Libro) en 2019. Será para la próxima, donde también espero que esté un poemario bajo el sello de La Luz, editorial que presenta en esta Feria Las piedras clamarán, antología donde ambos estamos incluidos.
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