
El Festival Jazz Plaza ya es historia, pero aún puede leerse desde el periódico que circuló en la edición 31 del 17 al 20 de diciembre de 2015. Esa es la importancia que tienen las publicaciones, conservar la memoria de lo que fue cada evento, de lo que hicieron nuestros artistas, puro testimonio para poder mostrarles a los hijos qué hicieron, para dejarles una huella a los historiadores e investigadores que siguen.
Vale agradecer a quienes sostuvieron esta idea, amén de no encontrarse con inmediatez ni poder descargarse en una página web, pero este magazín bien vale un reconocimiento.
En sus páginas queda la programación que se desarrolló por estos días, el calor de los diferentes espacios, los anuncios de los discos y los músicos. Ahora, aún cuando todo haya terminado aparentemente, estas páginas servirán para llamar la atención sobre el festival, un disco, un músico, o un musicólogo que se apuntó varias reseñas y comentarios.
Claustrofobias vio a su equipo realizador correr por los pasillos del Pabellón Cuba. Allí, en la sede de los jóvenes escritores y artistas cubanos se gestó la publicación. Brenda Besada dirigiendo con Yentsy Rangel, Neris González, Yansert Fraga y Arnaldo Morán. También se sumaban la periodista Yelanys Hernández y el fotógrafo Roberto Ruiz junto a Antonio Barba.
La musicóloga Brenda Besada, quien sostuvo la dirección de la publicación, dijo a Claustrofobias:
Sobre quienes colaborarón para la realización de su contenido también nos comentó:
No quisimos despedirnos sin antes curiosear dónde nosotros y claro, los lectores, podían acceder a este periódico ahora que termina el evento.
A Claustrofobias le hubiera gustado que este periódico, impreso en colores en Palcograf, con tanta información útil, llegara a bibliotecas de las escuelas de música y bibliotecas provinciales de Cuba. Bien vale el trabajo y la entrega de los que trabajaron en el equipo de realización.