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Su página web los define como una “editorial infantil dedicada a infancias libres y géneros sin violencia”. Sus tres fundadores: Nadia Fink, Emiliano “Pitu” Saá y Martín Azcurra, han llegado hasta este II Taller Casa Tomada para impartir un taller sobre autogestión editorial y, afortunadamente, presentar la colección de libros para niños que los ha lanzado: Antiprincesas y Antihéroes.
Editorial Chirimbote ha llegado a la Casa con Frida Kahlo y Juana de Azurduy y Cortázar para ofrecer una mirada otra hacia los personajes de la historia. Para demostrar que todo no es rosa versus azul, o que hay una alternativa a querer ser princesas: querer ser mujeres. Y punto.
En el contexto del taller “La autogestión desde la idea hasta el libro” y como invitación a la presentación de “Antiprincesas y Antihéroes. Nuestra historia sin estereotipos”, que tendrá lugar mañana a las 3:00 p.m. en la recepción de la Casa, La Ventana conversó con estos tres jóvenes argentinos sobre los inicios de Chirimbote y su trabajo hasta el momento.
¿Cómo surge entonces la editorial y sobre qué bases o ideas?
Pitu Saá: Editorial Chirimbote surge en 2015, los tres somos los fundadores, porque notábamos que la literatura siempre contaba los mismos relatos, dotados de los mismos estereotipos, sobre todo desde lo femenino, había como un monopolio de la imagen, de idealizar la imagen de la mujer, para cuando fueran adultas el consumo estuviese impregnado de eso que se les contaba. Entonces la idea era sumar relatos de mujeres y hombres reales, por ejemplo Frida Kahlo, (Julio) Cortázar, Violeta Parra, no para derribar las princesas de Disney, que es lo más que podemos encontrar, sino para sumar una mirada diferente.
El primer libro fue el de Frida, contando su biografía, pero no solamente hablando de ella individualmente, sino aprovechando ciertas temáticas que enriquecieron su vida y hacía falta tocar en lo que tiene que ver con la literatura infantil. Nadia (Fink) como escritora a mí como ilustrador y Martín (Azcurra) como diseñador. Y comprendimos que la autogestión podía ser el mejor medio para llevar a cabo esta editorial.
¿Cómo les ha funcionado en ese sentido?
MartínAzcurra: Partíamos de una desventaja con respecto a la industria editorial, dominada por monopolios en todos los aspectos, ya sea desde la producción hasta la distribución, la impresión, el costo del papel, donde hay muchas desventajas para las editoriales más chicas y para las autogestionadas es también un desafío, hay muchos obstáculos para llevarla adelante, pero es como la única forma legal que encontramos para desarrollar un proyecto autónomo que no dependa de otras instancias institucionales y que se pueda sostener en el tiempo como un proyecto propio.
Esto nos permitía darle el sentido que queríamos y con proyecciones hacia cualquier caso, pero elegido por nosotras y nosotros. Esa idea de cuestionar los estereotipos, los modelos de Disney, que si bien no los ataca, pretende repensarlos un poco desde estas perspectivas.
Han mencionado eso dos veces, y si bien aseguran que no es un ataque, sí es claramente una provocación, ¿verdad? A partir de eso, ¿cómo ha sido la aceptación de las colecciones?
NadiaFink: Insistimos con esto de no ser un ataque, no por tibios, sino porque tuvimos procesos largos en nuestro país de prohibiciones, quemas de libros, entonces lo que no queremos es decir: esto no se puede, porque pensamos que para la infancia es bastante contraproducente porque no solo se educa desde la palabra, sino desde lo que se hace, por eso insistimos en que es otra mirada, claro que provocamos con el título de Antiprincesas, pero entonces por ahí somos más acción directa que desde lo discursivo.
Fue recibida muy bien, desde lo general, desde gente que tiene ya una ideología un poco más formada y que estaba necesitando una literatura alternativa y nosotros también planteábamos que las izquierdas o los movimientos sociales en la Argentina tenían bastante relegada la infancia, no era un sector con el que trabajaran y después recién se empezaba a trabajar en la adolescencia.