He querido hacer este análisis con la información relativa a la región más oriental del archipiélago cubano porque la microhistoria permite acercarnos a grupos humanos menos reconocidos para desentrañar aquellas situaciones concretas de lo cotidiano a las que también contribuye la información de estos territorios cuando se trabaja el tema femenino, tanto o más válida para la mayoría de las mujeres que viven en toda Cuba. Modestamente, pretendo sintetizar el proceso de ascenso del papel femenino en Cuba para mostrarlo como un resulta-do histórico donde el conjunto humano –hombres y mujeres— desempeña su condición y en el que la originalidad del sistema no significa distanciamiento de lo que ocurre en el terreno universal. Las nuevas fuentes documentales y teóricas empleadas, y su tratamiento, nos proporcionan una profunda visión de aquello que está ocurriendo bajo las estructuras económicas e institucionales, que son su producto y que, al mismo tiempo, permiten también su identificación.